8 de julio de 2014

El invierno de los dos mundiales



El paralelismo parece imponerse por estos días. Argentina este año está jugando dos mundiales. Uno es el evento deportivo más importante del mundo. El otro, un poco menos festivo, es la batalla por mantener la soberanía política y económica contra los fondos buitre, corporaciones de diferentes países no tan fácilmente ubicables en el mapa, con domicilios declarados en paraísos fiscales y rostros hasta ahora poco conocidos, con excepción tal vez de Paul Singer.

Más allá de cómo vaya a resolverse este conflicto, en el que el gobierno argentino está poniendo casi tanto huevo como Di María contra Suiza (imposible no hacer otra analogía: Suiza es uno de los más importantes paraísos fiscales del mundo), hay algunas cosas que ya tienen gusto a batalla ganada. Por primera vez en nuestra historia, los argentinos estamos comenzando a comprender cómo funciona “la grifería del mundo”. 

La difusión y la centralidad que ha tomado en los medios (locales e internacionales) la pelea contra el 7% de los acreedores de la Argentina que no entraron al canje y que hace peligrar la estabilidad económica con tanto esfuerzo alcanzada por nuestro país, es inédita. ¿Por qué hasta ahora nadie sabía que en Perú ya había ocurrido algo similar? ¿Cómo es que de pronto el gobierno argentino ha logrado la adhesión a su causa de más de ochenta países? ¿Será casualidad que esto nos pase cuando los grupos de medios hegemónicos andan rodando cuesta abajo por la ladera de la credibilidad? 

Después de la larga lucha por la aprobación de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, si bien el mapa de medios del país no podrá cambiarse de la noche a la mañana, eso no nos ha impedido ganar una batalla importante. Ya pocos son los que leen los diarios argentinos creyendo que la información es “pura”. Los grandes medios han pagado caro su berrinche por no querer adecuarse a una ley popular: han tenido que desnudar sus verdaderos intereses, debiendo dejar en el camino los ropajes de independencia que tantos años supieron vestir. 

Y así como ya aprendimos que cuando leemos un diario o miramos un noticiero, debemos tomar sus contenidos con pinzas, porque ya no hay ninguno que sea independiente y que la objetividad no existe, también estamos comenzando a mirar al titiritero detrás del títere en otros ámbitos. Y esta nueva forma de ver el mundo podemos decir que ya se exporta, si consideramos que países en crisis como Grecia han tenido en cuenta nuestra experiencia para colocar una cláusula en sus bonos de deuda que obliga a todos los acreedores a aceptar las condiciones que acepte el 75% de ellos. 
Hoy Argentina le está dando un ejemplo al mundo y esto va mucho más allá del fútbol. Con la camiseta puesta de la lucha soberana y de la defensa de lo nacional, este invierno nuestro país está jugando dos mundiales. No sabemos todavía cómo termina ninguno de los dos. Pero de lo que no caben dudas, es que en ambos tenemos equipos de fierro que van a dar la pelea hasta el final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario