17 de octubre de 2013

Macri sigue cerrando las puertas de la escuela pública a los sectores populares



En la Ciudad de Buenos Aires hay  doce mil cuatrocientas tres (12.403) personas de más de diez años que son analfabetas. En términos porcentuales, no hay diferencias con respecto a 2006. Pero si miramos en números reales, la cantidad de individuos que no saben leer y escribir ha crecido. En contraste, el analfabetismo se redujo en el resto del país, tanto en valores absolutos como relativos.

Al recorrer los barrios de la ciudad, y conversar con los vecinos, se descubre un problema recurrente: la elevada cantidad de niños en lista de espera para acceder a establecimientos educativos de nivel inicial. Hay un acta acuerdo, de febrero del 2011, donde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) reconoce la legitimidad del reclamo judicial iniciado por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIyJ). La ONG denuncia que debe cesar “la exclusión escolar de miles de niños y niñas de 45 días a 5 años debido a la falta de vacantes en escuelas de gestión estatal”. 

En el acuerdo con ACIyJ, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, asumió obligaciones y compromisos concretos a fin de dar una solución definitiva al problema. El gobierno PRO  se comprometió a realizar todas las obras necesarias cuya fecha de finalización no excedería el 2012.  Por otra parte, antes del 31 de marzo de 2011, el GCBA debía presentar un detalle de las nuevas obras adicionales que se llevarían a cabo en los Distritos escolares N° 2, 3, 6, 7, 8,11, 12, 14 y 18, cuyas demandas de vacantes insatisfechas no podían ser resueltas con las tareas individualizadas en el plan. 

El gobierno de la Ciudad no cumplió: no presentó el detalle de las obras adicionales y tampoco se estableció la realización de acciones anexas para ningún otro distrito. Al margen de este incumplimiento, incluso suponiendo que se finalicen las que se encuentran en ejecución, miles de pibes seguirán en listas de espera para acceder al nivel inicial en 2014.

Desigualdad social y territorial en la ciudad PRO
Si analizamos la educación en los grupos familiares vemos que: la mitad de los jefes de hogar de la Ciudad cuenta con un nivel de instrucción igual o superior al universitario incompleto, casi un tercio tiene secundario sin terminar, mientras que el universo de los que sólo cuentan con el primario, concluido o no, ronda el 18%. Sólo un 0,3% de los cabezas de hogar carece de instrucción.

A pesar de lo positivo de estos datos en términos de nivel educativo, es importante notar la variación que estas cifras muestran según las comunas. Las del Sur y la Comuna 1 (Retiro, Puerto Madero, San Nicolás, San Telmo, Constitución) concentran la mayor proporción de jefes de hogar sin instrucción. En la Comuna 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios, Nueva Pompeya) representan el 34,6%. En estas zonas también se registran las más altas proporciones de cabezas de hogar con nivel primario incompleto y completo.

Las Comunas del norte, por su parte, son las que detentan mayores niveles de jefes de hogar con el universitario finalizado o no. En la Comuna 2 (Recoleta), por ejemplo, el 80% ha realizado o concluido estudios universitarios mientras que en la Comuna 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo, Villa Lugano), este porcentaje desciende al 16,5%.

Como fuerza política debemos despejar el humo amarillo del PRO para advertir que en la Ciudad, la gestión de Macri no tiene política pública dedicada a superar la pobreza mediante el acceso a la educación garantizado a toda la población. Todo lo contrario: Los gremios docentes denuncian que el gobierno de la Ciudad viene bajando el presupuesto educativo, que pasó del 30% hace 10 años a 21,7% este año. El macrismo busca compensar la menor inversión reduciendo la matrícula de la escuela pública y aumentando los subsidios a la educación privada. Este año avanzó con más políticas de exclusión al implementar el nuevo sistema de inscripción online o por teléfono para escuelas públicas porteñas. Los docentes agrupados en UTE-Ctera denunciaron que la medida es una barrera para las familias de menores recursos que pueden no tener herramientas tecnológicas, como acceso a Internet;

Como parte de la discusión de la campaña, tenemos la obligación de explicarle al ciudadano que con la generación de un entramado cultural se puede aumentar la inclusión social. Que mientras Macri destruye la educación pública en la ciudad, el gobierno nacional y popular aumentó en la década ganada el presupuesto en educación al 6,5% del PIB,  estableció la enseñanza media obligatoria, se crearon más de 1.500 escuelas y más de 50 universidades, 3 millones y medio de jóvenes acceden a computadoras con el Programa Conectar igualdad,  entre tantas otras medidas que junto con la Asignación Universal por Hijo, hicieron que muchos más pibes vayan a la escuela. Que en la ciudad de Buenos Aires se puede construir colegios, jardines y guarderías y beneficiar a los sectores de clase media que hoy destinan una porción de sus ingresos en gastos reservados a la educación de sus hijos.  Pero para eso, hay que echar a la derecha de la ciudad. 

(Foto: kaiul-kaiul.blogspot.com.ar) 


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