19 de julio de 2013

La legitimidad de la ley de medios está fuera de cuestionamientos



La Corte Suprema deberá decidir en breve si  la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se aplicará en su totalidad o no. Recientemente, la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, se pronunció a favor de la constitucionalidad de los artículos de la Ley que fueron cuestionados por el Grupo Clarín. La funcionaria recomendó a la Corte revocar el fallo de la Cámara Civil y Comercial Federal que benefició al multimedios al considerar que la sentencia fue "arbitraria" porque "analiza la validez de una ley a partir de una noción sesgada del derecho de propiedad y de la libertad de expresión”. 

Martín Sabbatella, titular de la Autoridad de Servicios de Comunicación Audiovisual, opinó que el análisis de Gils Carbó demostró que “esos jueces privilegiaron los intereses de Clarín por sobre los del resto de los argentinos y argentinas”. La decisión de la Corte dictaminará sobre la constitucionalidad de algunos artículos, pero no mellará en absoluto la legitimidad que de una ley que, desde su sanción, ha generado más que importantes avances en ampliar las voces y los protagonistas de la comunicación en el país. 

Entre otros logros, ya tienen autorización para operar servicios de radio más de 30 comunidades de pueblos originarios, unas 190 escuelas y establecimientos educativos de todo el país. Cerca de 700 localidades ya cuentan con nuevos prestadores de cable, incluyendo unas 50 cooperativas. Desde su sanción, se entregaron casi 700 licencias de radio y televisión al sector privado, incluyendo una mayoría de casos en los que se hizo una reparación histórica al regularizar la situación de emisoras que demandaban ser contempladas por la legislación. 

Pero el escenario de democratización de la comunicación y el acceso a la información -que se convirtió en un factor de influencia parainstalar el debate también en toda América latina -  va mucho más lejos con la aplicación de la ley, una normativa que resume un consenso social y político que se traduce en acciones concretas por parte del Estado: el tendido de 60.000 kilómetros de fibra óptica a lo largo del territorio nacional previsto por el plan Argentina Conectada ya tiene más de 15.000 kilómetros instalados.
En cuanto al desarrollo de la Televisión Digital Abierta (TDA), actualmente hay instaladas 80 estaciones de trasmisión, con cobertura del 85% del territorio nacional, aunque se espera alcanzar el 97% próximamente antes de 2015.  El plan lleva entregado más de 1,3 millones de set-top boxes (decodificadores) para acceder a las señales.  

Por su parte, el plan Conectar Igualdad entregó más de 2,4 millones de Netbooks a estudiantes de 12.000 escuelas de todo el país. Pero además, el plan sufrió cambios más que positivos: en las primeras licitaciones se contrataban equipos importados y en la última, que aún no se cerró, se presentaron 11 proveedores que fabrican en el territorio nacional, que incluso van a incluir en las computadoras el sistema operativo abierto desarrollado por el gobierno, Huayra. 

Queda claro que cualquier decisión de la corte no frenará el camino recorrido en la construcción de la comunicación popular como herramienta de una mayor participación democrática. Una nueva postura favorable a la ley por parte del máximo tribunal (que ya se ha expedido en varias oportunidades en ese sentido) no frenará las hostilidades de los grandes grupos concentrados,  obviamente con el grupo Clarín a la cabeza, que seguirán batallando para no perder sus privilegios. 

Y por lo tanto, también queda claro que todo el arco político y social que viene dando la batalla por la democratización de los medios deberá seguir manteniendo esa lucha por lograr la plena aplicación de la ley. Tal como explican los compañeros de FARCO en “La Cocina de la Ley”, el camino para llegar a la aprobación de la ley fue un largo recorrido en el que la construcción de los más amplios consensos (en la Coalición para la Radiodifusión Democrática coincidieron la CGT y la CTA, organismos de Derechos Humanos, sindicatos, universidades, legisladores, representantes de credos, de pueblos originarios, de organizaciones sociales, etc) se fue dando en el marco de un cambio en la correlación de fuerzas que permitió la construcción de una hegemonía a favor de los sectores populares. Y en ese camino se logró contar con tres elementos a favor de una comunicación democrática: una capacidad técnica al servicio de los proyectos, un estado de movilización social y la decisión política de un gobierno dispuesto a llevar adelante el proyecto. 

No hace falta subrayar que esa decisión política sigue estando presente hoy: finalmente, AFSCA aprobó el Fondo de Fomento para medios sin fines de lucro y pueblos originarios, un reclamo de las organizaciones sociales que tiene respuesta, una deuda saldada en línea con la afirmación de Sabbatella de hacer cumplir la ley en forma integral. Deudas seguirán quedando, la voluntad política está, la capacidad técnica también, es necesario que siga estando la movilización de las organizaciones, no solo para reclamar legítimamente por la aplicación total de la ley sino también para acompañar críticamente en el proceso de construcción del nuevo escenario democrático de la comunicación.

Nota relacionada: Dos, tres, muchas leyes para democratizar la comunicación en Latinoamérica

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