Decenas de
militantes compartieron reflexiones y propuestas en la Comisión de Comunicación
del Plenario de la Militancia. El encuentro contó con un panel integrado por la
directora de Proyectos Especiales de AFSCA y referente de Nuevo Encuentro
Capital, Andrea Conde, la diputada nacional por el Frente para la Victoria y ex
titular del INCAA, Liliana Mazure, el delegado de las murgas porteñas, Carlos
Díaz, el director de FM La Boca, Javier González, y el fundador de FM La
Milagrosa de Ciudad Oculta, Juan Ramón Núñez.
Mazure aclaró que aunque las comisiones de cultura y comunicación quedaron separadas, la idea era integrar el debate. “Lo que necesita comunicarse es la cultura de nuestros barrios", explicó, adelantando la línea que seguirían las exposiciones de los oradores, que fueron breves para priorizar el intercambio entre los asistentes.
Mazure aclaró que aunque las comisiones de cultura y comunicación quedaron separadas, la idea era integrar el debate. “Lo que necesita comunicarse es la cultura de nuestros barrios", explicó, adelantando la línea que seguirían las exposiciones de los oradores, que fueron breves para priorizar el intercambio entre los asistentes.
En ese sentido, Carlos
Díaz, también director de la murga La Gloriosa de Boedo, resaltó el
desafío que la comunicación aún tiene pendiente con la cultura de los barrios:
"Cuando llega febrero, los medios hegemónicos no hablan de festejos
populares ni carnaval. Para ellos se trata de contar cortes de calles y de caos
de tránsito, así como tampoco informan sobre el recorte presupuestario que el
gobierno de Macri ha ejercido desde que inició su gestión".
El debate evidenció
el florecimiento de proyectos e iniciativas destinadas a combatir el discurso
hegemónico, recuperando los valores y tradiciones populares. También dejó en
claro la necesidad de agilizar la cooperación y la creación de redes de trabajo
entre las distintas organizaciones para amplificar nuestras voces. Diego
Galíndez, secretario de cultura de la
CTA y referente del Frente de Artistas y Trabajadores de la Cultura, propuso
reemplazar la palabra articulación por solidaridad: "Tenemos que salir de
acá con herramientas para trabajar juntos, pensando qué puede aportar cada
sector a la militancia. Cristina lo dijo muy claro: están equivocados los que dicen
que este proyecto es perfecto, este proyecto es perfectible y se perfecciona
desde las bases".
Otro eje del debate
abarcó la necesidad de dejar de reproducir un discurso que sólo sirve para el
militante y empezar a convocar a los potenciales compañeros y votantes,
identificando valores comunes, como el trabajo o la solidaridad, para conectar
con aquellos que aún no se identifican con el proyecto nacional y popular.
El encuentro
permitió también difundir más información sobre los alcances de la Ley de Servicios
de Comunicación Audiovisual y sobre cómo
acceder a todos los beneficios que provee para los medios comunitarios. Para Andrea Conde, "luego de la dictadura,
la palabra democracia se asoció con libertad porque eso era lo que nos venía
faltando. Sin embargo, desde hace unos años, se inició un proceso distinto que
vino a sumar la palabra igualdad, es decir, el rol protagonista de un Estado
presente que genera distribución de riqueza, de conocimientos, y de la palabra,
desde que tenemos la ley de servicios de comunicación audiovisual. Y me gustaría que pensemos en el peso que
tienen las palabras. No hay que olvidar que la comunicación es un servicio. El
paradigma de la ley anterior era comercial. La comunicación era una
mercancía, la ley actual plantea en un paradigma de derechos humanos. Es
una batalla cultural profunda. La ley tiene dos ejes: uno que es la desarticulación
de los monopolios, el más conocido, pero hay otro y es la amplificación de
aquellas voces, que no son nuevas, sino que vienen peleando hace años pero no
tenían espacio."
Quienes creemos en
el poder transformador de la comunicación estamos presenciando un momento
histórico. Hoy el cuerpo no se nos pone en juego cuando decidimos denunciar o
criticar algo. Hoy el Estado no nos persigue, nos invita a subir la voz. Es
nuestro deber, por respeto a quienes dejaron la vida luchando por un presente
como éste, estar a la altura de las circunstancias y aprovechar al máximo los
recursos con que contamos. Hoy el desafío es contagiar la alegría y orgullo que
sentimos como militantes.
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